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En el momento de incorporar un sistema de paletización a una línea de producción, una de las primeras dudas que surgen es si conviene optar por un paletizador de segunda mano o invertir en un equipo nuevo. A simple vista, la compra de maquinaria usada puede parecer una alternativa económica, pero existen factores técnicos, operativos y estratégicos que es importante analizar antes de tomar una decisión.

La paletización es un proceso clave en el final de línea industrial. De su eficiencia dependen la cadencia de producción, la estabilidad de los palets y la seguridad durante el transporte o el almacenamiento. En este contexto, la elección del tipo de robot paletizador influye directamente en la productividad y el rendimiento global de la planta.

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Ventajas y limitaciones de un paletizador de segunda mano

Un paletizador de segunda mano puede suponer un ahorro inicial significativo y una puesta en marcha más rápida, especialmente si se trata de equipos en buen estado o reacondicionados.

Para pequeñas empresas o producciones con poco volumen, puede cubrir las necesidades básicas sin requerir una gran inversión. Sin embargo, hay limitaciones que conviene valorar.

En muchos casos, los paletizadores usados presentan componentes obsoletos, menor compatibilidad con nuevos formatos o software y un coste de mantenimiento más elevado.

Además, al no estar diseñados para la línea concreta del cliente, pueden requerir adaptaciones mecánicas o eléctricas que reducen el ahorro inicial.

También existe el riesgo de que las averías o tiempos de parada sean más frecuentes, especialmente si el fabricante original ya no ofrece soporte o repuestos.

Por qué un paletizador nuevo puede ser una mejor inversión

Los paletizadores nuevos ofrecen una mayor capacidad de personalización y rendimiento. Las soluciones actuales —como los paletizadores por capas, los robots cartesianos o las líneas de paletización compactos— permiten adaptar la máquina al tipo de producto, al espacio disponible y a la cadencia de la planta.

Además, incluyen sistemas de seguridad avanzados, control de movimiento preciso y software de integración con el resto del proceso.

En Brolla, por ejemplo, los proyectos de paletización llave en mano se diseñan a medida, considerando no solo el apilado, sino también la conexión con fases previas como el ensacado automático o posteriores como el control volumétrico y pesaje.

Este enfoque integral permite una automatización completa del final de línea, mejorando la eficiencia global y facilitando la trazabilidad.

Coste inicial vs. coste total

Al comparar un paletizador de segunda mano con uno nuevo, conviene tener en cuenta no solo el precio de compra, sino el coste total de propiedad (TCO).

Un equipo usado puede ser más barato al inicio, pero a lo largo del tiempo suele requerir más paradas, ajustes y sustitución de piezas.

Por el contrario, un paletizador nuevo ofrece mayor fiabilidad, garantía y vida útil, lo que reduce el coste operativo a medio plazo. En entornos con alta rotación o flujos automatizados, esta diferencia puede ser determinante.

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Conclusión

La elección entre un paletizador nuevo o de segunda mano dependerá del tipo de producción, el nivel de automatización deseado y la proyección de crecimiento de la empresa.

Si se trata de una línea pequeña y estable, un paletizador usado puede ser una opción válida. Pero en procesos donde la continuidad, la precisión y la integración son prioritarias, apostar por un sistema nuevo y diseñado a medida suele ser la decisión más rentable a largo plazo. Evaluar con rigor las necesidades presentes y futuras será clave para que la inversión se traduzca en una mejora real de la productividad.

Àlex Rossell

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